sábado, 12 de febrero de 2011

BELLOTA


BELLOTA

Bellota deambula taciturna por las calles ondulantes y polvorientas de Villa Traful. Bellota es de carácter dulce, protector, austero y exigente. Sus sueños están cargados de juegos con los niños del lugar, sintiéndose ella misma como una niña más entre los bulliciosos pequeños.
Bellota es una reina con incontables coronas de cariño y afecto. Sus patas cortitas se esfuerzan en trepar por el escarpado terreno, pero su voluntad es tremenda; es que debe patrullar la villa con celo y ahínco, ¡es que tiene tanta dulzura en su corazón por regalar! Bellota es una flor campante, es la de corazón de acero y alma de sueños mágicos. En las tardecitas, cerca de la hora internacional del té, acorde a su linaje noble, desciende de su montaña de grandeza y busca en el negocio de Otto su merecido refrigerio. Bellota no olvida dar las gracias a su benefactor; con sus ojos de puro caramelo lo acaricia con una mirada envolvente. Luego, agita rítmicamente su pequeñísima cola para refugiarse en el manjar generosamente otorgado. Bellota es una guerrera devenida en fina poetisa. Ya quedaron muy atrás esos agobiantes días en que toscas personas la estimulaban a pelear con bravos toros. Entonces, mordía furiosamente y peleaba con entereza hasta el final. La humanidad evoluciono, hoy le ruegan por compañía y cariño. Ella está más a gusto con este presente que con aquel tortuoso pasado.
Bellota es parte activa del patrimonio mágico de Traful, está conforme con este pueblo de duros labriegos. Quiere a estas montañas, ama profundamente a este lago azul. Otto no es su dueño, Bellota no tiene dueños, tiene familia a la que cuida bajo su espartana tutela.
Bellota es blanca con manchas marrones encendidas, casi eléctricas… Bellota no parece un buldog, más bien es un hada maravillosa que acude a jugar con los chicos de la escuela 111 cuando estos la llaman: ¡Bellota, Bellota, Bellota!...

Máximo Luppino

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