martes, 28 de diciembre de 2010

ITALIA EN LA PIEL


ITALIA EN LA PIEL


“Y hoy mi viejo Nonino es una planta.Es la luz, es el viento y es el río...Este torrente mío lo suplanta,prolongando en mí ser, su desafío.Me sucedo en su sangre, lo adivino”…


Recordamos las frondosas higueras con sus ásperas e irritantes hojas. Las parras con sus ramilletes de frescas uvas que atrapaban los rayos del sol. Las infaltables plantas de tomates que eran cuidadas con devoción casi religiosa crecían al son de antiguas cansonetas. Toda la atmósfera de nuestra casa paterna era un pedazo de Italia en nuestra amada Argentina. La cultura era absorbida no por grandes libros, más bien se respiraba en cada instante un espíritu milenario que hoy lo sentimos en nuestro ser más vivo que nunca. Conceptos de trabajo y lucha eran el abecedario obligado que, ligado al “respeto a los mayores”, establecía un orden natural que jamás deseamos alterar. Crecimos con el principio de esperar poco de los gobiernos de turno, más bien cultivábamos el concepto de abrirnos camino por imperio de nuestras propias fuerzas y de nuestra perseverancia para vencer las dificultades. Se palpaba la obsesión irrenunciable de la casa propia levantada con las propias manos ladrillo por ladrillo. Un poco cada día.


El soberano orgullo de construir más y más donde poco o nada había. Luego, sentarse un rato a ver cuánto se había avanzado desde el punto de partida. Que los hijos y nietos heredaran un futuro mejor que el de las generaciones pasadas. Estudiando, trabajando, respetando sus orígenes, jamás desconociendo de dónde venían, dignos de su pobreza oriunda y de la realidad de acuñar algunas monedas de gloria sobre la base del sacrificio. Ayer inmigrantes, hoy propietarios. Nuestro padre no volvió jamás a la Italia que lo vio nacer y que le regaló su gloria. En argentina, forjó su mundo hermanando la bandera tricolor con nuestra bendita azul y blanca.


A estos laburantes les costaba pedir, nunca mendigar, antes padecer una digna hambruna, mientras soñaban y tramaban cómo iba a ser mejor el destino de sus descendientes. Fueron en su mayoría peronistas. Naturalmente, se sentían agradecidos con un estado que daba oportunidades de trabajar. Sabían que Perón los respetaba y esto estableció un lazo de gratitud que se heredó de familia en familia. Hoy, la nostalgia reclama su tiempo, pero es que no hay ausencias, más bien hay continuidad en el esfuerzo, en el culto a “Las cosas nuestras”.


En el barrio en que crecimos se entremezclaban historias y vivencias con vecinos del interior de nuestra Argentina grande. Hombres de piel curtida, devotos también de sus tradiciones, en esa fusión de razas y familias crece la nación que estamos construyendo. Nosotros, contemplando la mesa puesta con nueces, aceitunas, almendras, pan casero y aceite de oliva, sentimos un pedazo de corazón sobre el floreado mantel…
Máximo Luppino

viernes, 24 de septiembre de 2010

EL "PERRO" CISNERO


EL “PERRO” CISNERO

“¡No sé rendirme; después de muerto hablamos!”… Esta frase contundente de Cisnero, a la cual honro con gloriosa y patriótica determinación, es una definición en si misma de la entereza de carácter del sargento. Una sociedad que no sabe honrar a sus héroes está a la deriva. Una nación que no sigue los designios de sus mejores hombres está confundida y, de seguro, inmersa en una gran crisis ética. El combatiente Cisnero poseía bien clara su tabla de valores. La patria es tan amada por ÉL como su propia familia carnal.
Mario Antonio Cisnero, nace el 11 de mayo de 1956 en la provincia de Catamarca. Apenas estalla el conflicto bélico con el usurpador británico en el año 1982, dona el 50% de su sueldo al “fondo patriótico”. Desde ese mismo momento, solicita destino en el frente de batalla. Luego de apasionadas insistencias, se le conceden sus deseos. Así parte el infante Cisnero, el hombre de la compañía de comandos al seno mismo de nuestras queridas islas Malvinas. Cuando parte de la provincia de la Pampa hacia el teatro de operaciones del atlántico sur dispara una rotunda y drástica sentencia a sus seres queridos: “¡No me entrego prisionero, ganamos o no vuelvo!”…
La bandera argentina impresa en su uniforme militar representa los ideales patrióticos que “el perro” Cisnero guardaba en su límpida alma. La vida de Mario Antonio, “el perro”, Cisnero es una historia tan grande y sublime que las palabras deben respetar la adoración de un redentor silencio. Dejamos algunos de sus conceptos vertidos en su última carta: “Concédeme Oh! Rey de las Victorias, el perdón de la soberbia. He querido ser el soldado más valiente de mi Ejército y el argentino más amante de mi Patria. Perdóname este orgullo, Señor.”


Máximo Santos Luppino

jueves, 19 de agosto de 2010

DANIEL BARENBOIM

DANIEL BARENBOIM


Músico argentino que nació el 15 de noviembre de 1942 en la ciudad de Buenos aires. Su infancia se desarrolló en su vivienda paterna sobre la calle Arenales. Barenboim es un eximio director de orquesta que posee la ciudadanía israelí y española; pero además, el 12 de enero del 2008 acepta la ciudadanía honoraria palestina. En esta oportunidad, el gran artista dijo: “Acepto gustoso esta ciudadanía que tan gentilmente me ofrecen con esperanza de que sirva como señal de paz entre israelíes y palestinos”.
Barenboim ha colocado su fina sensibilidad y arte musical al servicio de la humanidad toda. Hace poco tiempo dijo: “¡La música es de todo, menos elitista!”. El maestro ha dirigido orquestas musicales constituidas por músicos israelíes y musulmanes en una clara demostración de que el supremo espíritu de la música trasciende las circunstanciales diferencias que pretenden dividirnos. Barenboim se empeña en llevar este mensaje de igualdad entre los hombres mostrando en su propia vida cómo las personas pueden vivir juntas y trabajar con armonía. En una ocasión reciente, un periodista le preguntó sobre su capacidad de armonizar actividades con personas de distintas ciudadanías, de diversas creencias religiosas y hasta de etnias aparentemente irreconciliables. A lo que el maestro respondió: “Esto es en gran parte por ser argentino, ya que fui educado en un lugar donde árabes convivían con judíos, alemanes, rusos y demás sin problema alguno. En ocasiones, en el exterior critican a Argentina a veces con cierta razón, pero el mundo debe aprender la capacidad de tolerancia que los argentinos poseen para poder vivir en paz, esto no es una cuestión menor, todo lo contrario, es fundamental.” La orquesta de Barenboim está compuesta por 92 músicos de diversas nacionalidades. Israelíes, palestinos, sirios, libaneses, jordanos, egipcios y españoles, conviven reflejando arte todos unidos por el dorado hilo de la suprema inspiración. Inspiración del alma que nos susurra a gritos que la paz es posible de la mano de la igualdad y el respeto.

Máximo Luppino

sábado, 17 de abril de 2010

ESTRECHO SINGULAR, AMPLIO PLURAL

ESTRECHO SINGULAR, AMPLIO PLURAL


El empleo reiterado del YO casi margina a nuestros semejantes de experiencias integradoras y compartidas. Parece que el yo desearía egoístamente destacarse sobre el glorioso NOSOTROS. Evolucionar es aceptar verdades simples pero trascendentes que viven entre toda la raza humana. Por ejemplo, saber que la creación está interrelacionada, que somos interdependientes de nuestros semejantes y de lo que nos circunda. Al conformar un TODO, nos reconocemos como parte de esa manifestación espiritual que nos provee vida y conciencia. ¿Qué acción el hombre realiza solo? ¿Qué pensamiento surgió sin la influencia y motivación de un estímulo concreto superior?... Una definida fuerza subyace dentro de nosotros mismos que nos impele a avanzar, escalar mayores alturas en las majestuosas cordilleras del conocimiento. Sin nuestra familia, sin nuestros amigos, sin la sonrisa de DIOS escondida en la naturaleza; ¿dónde estaríamos?... Por esto es que la expresión del plural nos regocija y encarrila nuestra atención hacia realidades más sutiles. En realidad yo no pienso, NOSOTROS pensamos, ya que nuestro criterio fue forjado por millares de pareceres e ideas que hemos absorbido a lo largo de nuestra vida. También nos debemos a nuestra historia, esa historia que nos dio cierta identidad actual. Debemos pensar en plural. El plural es integrador, posee conceptos participativos; no levanta muros entre nosotros y ellos. Más bien el nosotros y el ellos se funden en un maravilloso y celestial TODOS. Pensando en plural, actuamos en plural. Esto implica la consideración concreta de la realidad de nuestros semejantes. Por todo esto, el plural tiende a superar al yo unilateral y egoísta. Cuando reiteramos una conducta forjamos un hábito, cuando practicamos un hábito generamos un carácter. Cuidemos nuestro pensar, ya que es la única manera de controlar nuestras acciones. Lo importante es plural, los árboles, las flores, los seres humanos, nacimos por NUESTROS padres… El plural brilla sobre el singular…

Máximo Luppino

martes, 13 de abril de 2010

RAÌCES DEL ALMA

RAÍCES DEL ALMA


Encierra el canto la magia creadora de los sonidos dulces. La tierra se armoniza con el cielo y desde las raíces mismas del tiempo, sin registro, los artistas genuinos hablan con la voz de los pueblos.
Desde el jardín de la república subyugó al mundo todo con su talento humilde y sublime. Mercedes Sosa trascendió las áridas fronteras de los esquemas del cantar. Desde su querido Folclore, que siempre amó, abrazó todos los demás géneros musicales. Mercedes mantuvo coherencia ideológica con férrea naturalidad. Sus firmes convicciones jamás fueron violentas ni sectarias. La luz de nuestra “lunita tucumana” brilló en todos los escenarios del mundo. Saltó todas las brechas generacionales; cual una amorosa madre compartió su canto con todos los nuevos artistas de América. En su tránsito a la inmortalidad dejó un camino sembrado de esperanzas. Su vida es de todos los que se conmovieron con su canto, de todos los que soñaron con un mundo mejor. La pachamama o DIOS mismo, el labriego y el artesano, el resero y el estudiante, el deportista y el oficinista, ¡todos amaron su voz!
El pueblo se conmovió, “la negra Sosa” no subiría más a un escenario. Quedó en el país una sensación de pérdida irreparable. Peteco Carabajal, junto a otros cantores, entonaron coplas del corazón junto a ella en el adiós más cálido y sentido que se pudo apreciar. Aplausos sustituyeron a los llantos. Y, desde la muerte misma, montó Mercedes un nuevo y perfecto espectáculo: el de un pueblo unido de la mano de su gigantesco ser. La procesión de recuerdos será infinita, y un coro de alegres changuitos entonarán por siempre sus tonadas desde el corazón.
Si una nación pudo generar una artista de esta magnitud, es cabal prueba de que un futuro mejor se aproxima. Es verdad que la belleza impera sobre la crueldad. Es verdad que Mercedes Sosa es patrimonio del pueblo libre.

Máximo Luppino

domingo, 11 de abril de 2010

ENTRE EL CUADRO Y EL MARCO

ENTRE EL CUADRO Y EL MARCO

“¡La ambición y la inmediatez atentan contra la inspiración!”. Sin un grado de inspiración sólo hay mediocridad cíclica. Aceptemos pagar el precio del ostracismo material si es necesario, pero jamás dejemos de escuchar la voz del alma, que no es otra cosa que el requerimiento de nuestro ser verdadero. El marco es importante, ya que sostiene y contiene al cuadro. Ahora bien, el objeto de contemplación y belleza es sin lugar a dudas el cuadro. La pintura es la esencia y lo central, el marco es lo periférico y circunstancial. En términos mundanos y materialistas: no mezclar “El millón de dólares con el gancho de chorizos”. El adecuado criterio es el de discernir un correcto orden de prioridades que nos conducen a concretar exitosamente nuestros objetivos. Los hombres, en ocasiones, nos hemos divorciado del insoslayable “Orden Natural”. Y este “olvido” es madre de cuantiosos sufrimientos. ¿De qué nos sirve acumular riquezas materiales si no aprendemos a encontrar nuestra auténtica identidad? Esto equivale a decir si no sentimos felicidad.

En la lucha por estar considerados en los escalafones jerárquicos mundanos terminamos dejando jirones de dicha y de verdad olvidados. Corriendo velozmente hacia cualquier lado sólo aumenta el atolondramiento y la torpeza. Es en las dichosas profundidades de los estados reflexivos y meditativos en los que encontramos el sublime sentido de nuestras vidas. No actuemos como satélites sin rumbo, o como una noche cerrada sin luna.

Más bien trabajemos para ser como el sol de medianoche que ilumina los polos a pesar del transcurrir de las horas. Elevémonos por sobre el ping pong de acción y reacción, ofensas, contraataques, rumores y desmentidas. En concreto, salgamos del sórdido laberinto de la personalidad para sumergirnos en las insondables profundidades de nuestro ser infinito. Por último, aceptemos que cuadro y marco son parte de un todo. Cuando nos deleitamos por la belleza de la pintura; el marco también se siente dichoso…

Máximo Luppino