lunes, 21 de enero de 2013

La mejor siembra


La semilla más poderosa es la que se cultiva con cariño y devoción.

Una vez depositado el guijarro mental en el suelo de la conciencia se nutre de nuestra correcta intención y cuidadosa concentración.

Así, con esmerada disciplina, con el correr de los días, la semilla se tornará pequeño retoño. No ha de ser su única transformación, más bien será la primera de muchas sanas evoluciones. La pequeña planta aún no sospecha que detrás de su aparente fragilidad lleva en su ser la fuerza de mil soles. las raíces absorben los nutrientes de la tierra vibrante y generosa, mientras su cuerpo busca la luz mágica que la guiará hacia solemnes divinas alturas.

Las lluvias, cual regalo de las alturas, refrescarán su verde cuerpo calmando su sed, estimulando su sueño de lozano árbol. También, las dulces gotas de rocío nocturno le susurrarán poemas de duendes y hadas amigas.

En ocasiones, al retoño lo azotarán vendavales de inclemente contrariedad... ¡ La planta deberá resistir !... En el resistir se cimentará su gigantesca fortaleza. Luego, las tormentas se transformarán en frescas brisas matinales acariciando sus jóvenes hojas con maternal delicadeza.
La mejor siembra que los hombres podemos hacer es la de un BUEN PENSAMIENTO, una idea desinteresada y fraternal, trabajar en formar una fuerza mental que acuda en ayuda de los necesitados y dolientes seres.

En Traful vemos miles de árboles de existencia plena, poderosos gigantes de rugosa madera buena que superan la centuria regalando oxígeno sanador. Ayer fueron pequeñas semillas, hoy son araucarias, arrayanes y coihues de marcial poético porte. Gigantes de ternura infantil, pinturas enclavadas en tierra pedregosa de indómita libertad.

Hermano, acaricia en solemne silencio tus mejores pensamientos, tus ideales más fecundos, tus sueños más bellos... Quizás entonces los hechos más perfectos sucedan más frecuentemente, aquellos sucesos que por falta de observación profunda llamamos milagros...

Ese grandioso milagro que tanto anhelamos está durmiendo en la semilla de nuestros propios pensamientos... Como ayer apenas soñaba este bosque profundo y mágico de Villa Traful...

Máximo Luppino