La semilla más poderosa es la
que se cultiva con cariño y devoción.
Una vez depositado el guijarro mental en el suelo de la
conciencia se nutre de nuestra correcta intención y cuidadosa concentración.
Así, con esmerada disciplina, con el correr de los días, la
semilla se tornará pequeño retoño. No ha de ser su única transformación, más
bien será la primera de muchas sanas evoluciones. La pequeña planta aún no
sospecha que detrás de su aparente fragilidad lleva en su ser la fuerza de mil
soles. las raíces absorben los nutrientes de la tierra vibrante y generosa,
mientras su cuerpo busca la luz mágica que la guiará hacia solemnes divinas
alturas.
Las lluvias, cual regalo de las alturas, refrescarán su verde
cuerpo calmando su sed, estimulando su sueño de lozano árbol. También, las
dulces gotas de rocío nocturno le susurrarán poemas de duendes y hadas amigas.
En ocasiones, al retoño lo azotarán vendavales de inclemente
contrariedad... ¡ La planta deberá resistir !... En el resistir se cimentará su
gigantesca fortaleza. Luego, las tormentas se transformarán en frescas brisas
matinales acariciando sus jóvenes hojas con maternal delicadeza.
La mejor siembra que los hombres podemos hacer es la de un BUEN
PENSAMIENTO, una idea desinteresada y fraternal, trabajar en formar una fuerza
mental que acuda en ayuda de los necesitados y dolientes seres.
En Traful vemos miles de árboles de existencia plena, poderosos
gigantes de rugosa madera buena que superan la centuria regalando oxígeno
sanador. Ayer fueron pequeñas semillas, hoy son araucarias, arrayanes y coihues
de marcial poético porte. Gigantes de ternura infantil, pinturas enclavadas en
tierra pedregosa de indómita libertad.
Hermano, acaricia en solemne silencio tus mejores pensamientos,
tus ideales más fecundos, tus sueños más bellos... Quizás entonces los hechos
más perfectos sucedan más frecuentemente, aquellos sucesos que por falta de
observación profunda llamamos milagros...
Ese grandioso milagro que tanto anhelamos está durmiendo en la
semilla de nuestros propios pensamientos... Como ayer apenas soñaba este bosque
profundo y mágico de Villa Traful...
Máximo Luppino